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Martín Demichelis está debilitado y en su momento más crítico. Sin embargo, el técnico de River resiste. Por su cabeza no pasa la idea de renunciar y el domingo estará en el banco de suplentes local del Monumental cuando su equipo reciba a Sarmiento de Junín por la octava fecha de la Liga Profesional.
El encuentro ante el conjunto que dirige Israel Damonte, que viene de ganarle a Racing, parece ser límite. Es que en Núñez habrá cabildo abierto y el foco estará puesto una vez más en cómo reaccionan los hinchas, que explotaron en las redes sociales, en las que volvieron a hacer tendencia a Demichelis y pidieron que se fuera o que lo echen.
Sin embargo, la dirigencia no tomará -al menos por ahora- esa medida. Aunque el técnico perdió crédito, La cúpula todavía lo respalda, al igual que la secretaría técnica, a cargo de Enzo Francescoli y Leonardo Ponzio. Eso sí, en Núñez estarán muy atentos a lo que ocurra el domingo.
Otros tiempos: Micho con el presidente Jorge Brito. Fotos: Emmanuel FernándezDemichelis resiste. Y si ya en la noche del miércoles, a través de su entorno había avisado que no le pasaba por la cabeza irse, en la práctica de este jueves, cerca del mediodía en Ezeiza, se lo ratificó a los jugadores y a su cuerpo técnico. “Por más que me puteen, estoy convencido de ustedes y de nuestro trabajo y vamos a sacar adelante esto todos juntos”, fue lo que Micho, palabras más, palabras menos, le dijo al plantel en el entrenamiento del jueves por la mañana en el RiverCamp.
La delegación había pasado la noche en un hotel cercano de Ezeiza tras regresar de Mendoza, donde cayó con Godoy Cruz y la derrota generó otro cimbronazo. Después de la práctica, en la que el único dirigente que estuvo fue Eduardo Barrionuevo, quien siempre acompaña al plantel, el entrenador se quedó reunido un larga rato con sus colaboradores.
Micho sabe que el Monumental puede ser una caldera el domingo. Y que los silbidos que viene recibiendo pueden acrecentarse y hasta convertirse en insultos, pero le hace frente a la situación. Y cree que puede revertir este duro momento.
El interrogante, una vez más, pasa por saber qué sienten los jugadores y si están dispuestos a dar todo por el técnico. Lo que se vio en el arranque del segundo semestre fue más de lo mismo: un equipo sin alma que no tuvo respuestas. Ni futbolísticas ni anímicas. Y que el único que dio la cara fue Miguel Borja, el goleador al que el año pasado Micho había dejado de lado.
El último golpe: River cayó con Godoy Cruz en Mendoza. Foto: Ramiro Gómez¿En qué se basará Demichelis para sostener que su equipo mejorará en el corto plazo y que podrá revertir la situación? Es la otra pregunta a la que cuesta encontrarle respuesta. Porque el equipo es un desconcierto en lo táctico, está desordenado y el cordobés de Justiniano Posse hace cambios recurrentes sin dar en la tecla. Es más: confunde a los jugadores.
A esta altura, ya está en duda si llega algún mensaje claro a los futbolistas, que también tiene su gran parte de responsabilidad, claro. Porque, en definitiva, son ellos los que salen a la cancha y los que, más allá si las cosas salen o no con la pelota en los pies, demostraron hasta el momento escasa rebeldía para sobreponerse a las adversidades. Y los hinchas se lo hicieron saber en Mendoza.
De todos modos, aceptaron los jugadores aceptaron la reacción. Ignacio Fernández, la voz cantante en el Malvinas Argentinas, fue autocrítico. “La gente se manifiesta porque no le gusta lo que ve en la cancha. Tenemos que mejorar para darles una alegría”, expresó el subcapitán del plantel. Y agregó: “Es difícil analizar estas cosas y encontrar explicaciones, simplemente hay que trabajar puertas adentro”.
El problema en River también es el tiempo. El reloj avanza y el duelo con Talleres por los octavos de final de la Copa Libertadores se acerca. Faltan menos de tres semanas para el partido de ida. Mientras, las dudas en Udaondo y Figueroa Alcorta se agigantan. Y la situación de Demichelis ya es límite…