La sentencia fue dictada por el juez de audiencia santarroseño Andrés Olié luego de la realización del juicio oral, quien dio por probado que durante los años 2014 y 2015 ientras convivía con su pareja y sus dos hijos, agredió sexualmente a la pequeña en la vivienda familiar, al menos en cuatro ocasiones, aprovechando los momentos en que se quedaba a su cuidado.
“Este hecho con relevancia penal constituye violencia de género, en el marco de una relación desigual de poder, que afectó la integridad y libertad sexual de la víctima”, señaló Olié en el fallo.
“Fue claro que el acusado –un efectivo en situación de pasiva, de 37 años– cercenó el rol paterno que debía ejercer, viciando toda esa relación por el engaño y la amenaza que significó para la niña la naturalización de los agravios sexuales sufridos, y el temor a revelarlos por un gran sentimiento de culpa, que se puede describir en su propio lenguaje cuando dijo en la Cámara Gesell que ‘tenía miedo, era como que yo me había metido con el marido de mi mama’”, agregó.
Durante los alegatos finales, el fiscal Cristian Casais pidió 10 años de prisión, en atención a la naturaleza del hecho y a la extensión del daño causado; mientras que la defensora oficial Mariel Annecchini solicitó la absolución del imputado por “falta de certeza absoluta” y rechazó el pedido de prisión preventiva por entender que no existe peligro de fuga.
La defensara aceptó una orden de restricción y, subsidiariamente, requirió que la preventiva sea reemplazada por el arresto domiciliario.
- Agencia Santa Rosa